Benditos corazones, sabed, pues, que cuando el pilar de fuego se eleva, debe haber una cámara interior y la capacidad del alma de elevarse a las octavas etéricas. Por esa razón, contamos con esta Escuela de Misterios como la oportunidad de todas las almas reunidas aquí para dominar la ciencia de la Palabra y, con ella, dar el golpe mortal y el tiro de gracia a toda fuerza del Mal que ha actuado contra nuestros templos, nuestras escuelas de misterios y nuestros retiros.
Porque el propio Señor Dios ha decretado: ¡No pasaran! ¡No pasaran! Mejor dicho, que la Tierra misma no debe soportar que grupos de nuestros discípulos una y otra vez sean tratados con brutalidad, masacrados, atormentados y torturados y se apague la luz de nuestra comunidad.
Así, desde el corazón de Alfa, desde el corazón del Señor Dios, es vuestra marca y vuestra autoridad exigir el juicio de toda la progenie de los malvados encarnada en la Tierra que ha perseguido a los hijos del Sol en la Iglesia y el Estado, para que sean atados y juzgados por los ángeles de la luz. Esta autoridad para invocar su juicio, amados, se os confiere por parte de vuestro amado Alfa. Tomadla, entonces.
¡Ten misericordia, oh, Dios dentro de Ti! ¡Ten misericordia, Oh, ¡Dios dentro de Ti! ¡Ten misericordia, oh, Dios en Tu interior, ¡de los tibetanos que han mantenido una tradición hasta mi venida!
Benditos corazones, procurad que estos, estos, estos, no hayan muerto en vano. Por ese motivo, permaneced en la Tierra en esta hora para redimir su nombre, su servicio y su vida con el llamado. Juicio de todos los que han acordado tomar el poder, incluidos aquellos de los Estados Unidos, su presidente y el Departamento de Estado. ¡Yo pido que ese Departamento de Estado también sea juzgado, y que las aflicciones caigan sobre ellos y sobre todos los que están con ellos en vibración!
Yo, Maitreya, digo que hay lugar en la Tierra para mí. Por eso, no hay lugar para el anti-Cristo.
Tomado del libro: Enseñanzas de la escuela de Misterios de Maitreya